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11 octubre 2019
¿Qué es?
En una sociedad donde el uso de las tecnologías es cada vez más habitual y ello conlleva muchas ventajas y oportunidades, también tenemos que tener presente que esta sociedad digital supone una serie de riesgos y retos, y especialmente entre los menores y adolescentes. Algunos de ellos pueden ser:
Sexting se refiere a la creación o elaboración y envío de contenidos sexuales (fotos, videos o mensajes) sobre uno mismo a través de Internet, teléfono u otro dispositivo móvil.
El sexting incluye:
- Hacerse fotos con contenido sexual y enviarlas. Esto implica fotos en las que se muestran partes íntimas del cuerpo (p.ej., genitales).
- Elaborar videos con contenido sexual y enviarlos.
- Elaborar mensajes de texto con alto contenido sexual propio (p. ej., gustos sexuales) y enviarlos.
- El envío de mensajes, fotos o videos sexuales, con frecuencia se relaciona con recibir esos mismos contenidos de otras personas, produciéndose así un doble patrón de envío y recepción, lo que se conoce como sexting activo y pasivo, respectivamente.
Además, algunas características de Internet, como su acceso desde cualquier lugar o dispositivo, el anonimato que permiten y su inmediatez, pueden agravar los problemas mencionados. Estos problemas son especialmente relevantes en la adolescencia, una etapa evolutiva en la que el individuo busca su identidad.
Las razones para practicar sexting son muy variadas, entre otras de se encuentra:
- Coquetear o tontear con otros adolescentes como una forma de mantener relaciones interpersonales.
- La exploración de la identidad y la orientación sexual es algo normativo y frecuente durante la adolescencia. Internet proporciona una vía aparentemente inofensiva para ello y el sexting podría ser un canal de expresión para los jóvenes.
- Muchos adolescentes practican el sexting dentro de una relación de pareja en la que el envío de imágenes o Contenidos sexuales suele ser recíproco. Hoy en día el intercambio de fotos a través de los Smartphone se ha convertido en una vía preferente de interacción en las relaciones de noviazgo.
- Otros lo practican como una forma de divertirse.
- Otros lo practican por presión social. El sexting es visto como algo normalizado y muchos adolescentes demandan a otros fotos o videos sexuales. Ante estas peticiones, los adolescentes podrían encontrar complicado decir que no a un chico o chica que le pide imágenes sexuales. Además, en virtud de un principio de reciprocidad, muchos jóvenes se sienten en deuda con quienes les envían contenidos sexuales. Ello les conduce a generar y enviarles contenidos sexuales propios.
- Finalmente, una razón clave es la ausencia de percepción de riesgo de los comportamientos de sexting. El envío de contenidos sexuales se percibe como algo insignificante o que no conlleva consecuencias negativas (por ejemplo, que la foto o el video se difunda a terceras personas no deseables o desconocidas).
El problema deviene cuando el sexting expone a diferentes riesgos a la juventud, derivados principalmente de un mal uso por parte de otros de los contenidos sexuales que son enviados. Estos riesgos están íntimamente relacionados con la facilidad de trasmitir fotos o videos de una persona a otra en Internet, la ilimitada permanencia de este material en la red y el hecho de que cualquiera pueda acceder a esos contenidos en el futuro. Además, cuando se trata de menores de alrededor de 12 años, el sexting podría estar contribuyendo a generar pornografía infantil que podría ser distribuida por pedófilos o pederastas.
En el ciberespacio no existen los límites temporales. Una foto o un vídeo sexual que se envía a una persona pueden permanecer en Internet para siempre. El material sexual enviado podría ser empleado años después para chantajear o amenazar a quien lo generó y envió.
El sexting está relacionado con el desarrollo sexual de los adolescentes. Una forma de prevenirlo, o de minimizar sus consecuencias, es trabajar una buena educación sexual entre los jóvenes: Trasmitir una idea positiva sobre la sexualidad y las relaciones íntimas.
Algunas ideas sobre las que trabajar con los menores:
- Piénsalo dos veces antes de enviarlo. Esta recomendación puede apoyarse con una serie de hechos fácilmente constatables. Uno de estos hechos es que es imposible recuperar las fotos o videos que enviamos a través de Internet o el móvil. De alguna forma, estas fotos o videos permanecerán en el ciberespacio para siempre. No existen límites temporales o espaciales, por lo que podrían “reaparecer” en el futuro. Además, las personas y las relaciones pueden cambiar con el tiempo. Alguien que ahora es de confianza, podría no serlo en el futuro. Por ello, es necesario reflexionar muy bien sobre a quién enviamos los contenidos sexuales.
- No es no.
- Cuando alguien expresa su negativa a enviar fotos no se debe insistir, amenazar o coaccionar para que lo haga. El respeto hacia los demás implica aceptar lo que otros sienten y desean.
- No debes sentirte presionado para participar en sexting.
No todos los adolescentes practican sexting. El prevalencia anual asciende, aproximadamente, a un 20% de los menores entre 12 y 17 años (Gámez-Guadix, de Santisteban y Resett, 2017.
La mayoría de los adolescentes que lo practican lo hacen de una forma esporádica. El porcentaje es menor cuando, la probabilidad de practicar sexting se incrementa progresivamente con la edad. A los 12 años alrededor de un 3% de los menores ha participado en sexting. A los 17 años el porcentaje se incrementa hasta superar el 35%. El posible motivo para ello es que algunas de las aplicaciones más usadas entre los jóvenes para el intercambio de fotografías no permiten tener un perfil a los menores de 15 años.
El envío de mensajes con contenido sexual es la práctica más habitual seguida de las fotos con contenido sexual y el menos usado es el envío de videos con contenido sexual.
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Tomado de FOCAD: Formación Continúa a Distancia. Consejo General de la Psicología de España.
NUEVOS RETOS DE LA SOCIEDAD DIGITAL: SEXTING Y ONLINE GROOMING ENTRE ADOLESCENTES. MANUEL GÁMEZ-GUADIX Universidad Autónoma de Madrid. PATRICIA DE SANTISTEBAN. Universidad Autónoma de Madrid
Tags: online grooming, peligros tic, Sexting, smartphone sex