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21 julio 2023
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Las típicas frases: “es cuestión de tiempo”, “el tiempo lo cura todo”, “el tiempo pone todo en su sitio” o “ya han pasado meses, días,…”, “ya tendrías que estar bien (o mejor) haberlo superado”. ¿Quién no ha oído o le han dicho o hemos dicho estas frases en algún momento?
Estas frases tan típicas son del todo erróneas; falsas creencias que vamos trasmitiendo. Muchas veces porque nos hemos limitado a repetirlas y no nos hemos parado a pensar conscientemente lo que tienen de real, y que pueden hacer daño, generar malestar y falsas expectativas a quien las reciben.
El tiempo, por sí solo, no hace nada (más que envejecernos). No nos hace más sabios, ni más maduros, ni más nada. Depende de lo que hagamos con ese tiempo.
Estas frases pueden llevarnos equivocadamente a hacernos la idea de que el tiempo por sí mismo, o la suerte o el azar, sin que yo tenga que tener un papel activo, ni hacerme responsable…, curará o mejorará mi malestar, problemas,… Y esto no solo no es así, sino que normalmente aquello que evito, a lo que no me enfrento o intento ignorar, termina convirtiéndose en algo mucho peor y más difícil de resolver con el tiempo.
Duelos por muertes de seres queridos, rupturas de pareja, miedos, ansiedades,… que intentamos dejar arrinconados, a los que evitamos enfrentarnos a nivel de pensamiento, de emociones o de sensaciones porque nos resultan desagradables y que terminan teniendo a largo plazo (por el paso del tiempo) unas consecuencias destructivas para nosotros, y muchas veces también, para quienes nos rodean.
Porque la realidad es que todo aquello que dejamos sin resolver termina afectándonos. A veces sin que seamos plenamente consciente de ello, llegando incluso a somatizarlo a través de nuestro cuerpo en múltiples problemas de salud: digestivos, en la piel, musculares,…
El tiempo no cura, el tiempo anestesia, diluye,… y esto puede crear la falsa sensación de que lo que nos dolía se ha resuelto o ha desaparecido.
En un estudio llevado a cabo por la Universidad Estatal de Arizona, publicado en la revista Perspectives on Physhological Science, se confirmó que realmente el tiempo no cura todas las heridas ni necesariamente minimiza el dolor o la tristeza que sentimos.
El tiempo no nos ayuda, si no es, cuando nosotros de forma consciente y activa nos implicamos en nuestro trabajo de conocimiento y desarrollo personal. Es entonces, cuando el tiempo es nuestro aliado terapéutico permitiéndonos trabajar aquello que quedó pendiente, gestionando emocionalmente todo lo que no pudimos en otro momento, tomando el control emocional de nuestras vidas.
Fuentes: foto gentileza de pixabay. com
Tags: Bienestar Psicológico, Crecimiento, Desarrollo Personal, Duelo, psicología, Responsabilidad Personal